domingo, 28 de agosto de 2011

Capitulo 1: Viviendo en El Pais de Nunca Jamás


Capitulo 1
Viviendo en El País de Nunca Jamás


La luz brillante del glorioso sol se reflejaba desde la bonita ventana dorada hasta toda la habitación, cada rincón, sin excepción alguna tenia un toque de brillo, el brillo escándesete de la mañana.

Me quede tan concentrada, contemplando la habitación mas mágica en la que había estado. Los muñecos de cera, o mas conocidos como maniquíes, sentados en la mesita de te, vistiendo llamativos trajes dorados. Las paredes estaban llenas de pinturas, de casi todas las caricaturas de Disney. Había una pintura en especial que me llamaba la atención, no era de caricaturas, ni de pósters coleccionables, era de una mujer, una mujer muy hermosa, la mas hermosa que habían admirado mis ojos, tenia la piel un poco rojiza, el cabello castaño bastante espeso y ondulado, lo llevaba un poco corto, los labios finos pintados de color rojo, y su aspecto mas resaltante, sus preciosos ojos, me parecía tan curioso, su peculiar color, nunca vi. unos iguales, me pregunte si alguien en realidad podría tenerlos. Esa mujer tenia rasgos de princesa, que a pesar de su tener algunas arrugas en su rostro, no perdía su maravilloso encanto. Suspire, sin quitarle la mirada a la obra de arte, por un momento desee, ser tan bonita como ella, como la mujer de los ojos violetas.

- Pequeña, ¿Por que miras tanto ese cuadro?.-era la voz de Michael, susurrando en mi oído con suma delicadeza, con esa taciturnidad, con esa dulzura que siempre salía através de su voz.-

Ahí estaba el, encogido de hombros. Llevaba una pijama muy graciosa, sus pantaloncillos típicos, color rojo con dibujitos de Mickey Mouse y la camisa del mismo diseño bastante holgada. Se humedeció el labio inferior, y levanto una ceja esperando una respuesta.

- Es bonita, me gusta mucho ¿Quien es ella? ¿En verdad existe?.-le pregunte impaciente.-

-Si, claro que existe pequeña.-me contesto-

Observe la pintura una vez mas, incrédula de que alguien en realidad pudiera poseer ese aspecto. Sin embargo, Michael nunca mentía. Así que debía dejar de ser tonta, y sacar conclusiones erradas.

Suspire contenta.
¡La mujer de ojos violetas si existe!

Restregué mis ojos, y fije la mirada sobre el almanaque. Hoy era 16 de Enero de 1992. Mire el reloj, y eran las 4:00am.

- Es real, entonces ¿y tu la conoces?.-le pregunte extasiada de pura emoción-

Michael sonrío, fue entonces cuando sentí un láser que me apuntaba y me daba justo en mi corazón. Fuerte y conciso. Un láser que te dispara alegría. Era la alegría que me llenaba al verle sonreír. Al ver, esos dientes blancos, y perfectos. Al ver, como dos hoyuelos se hacían paso con una mueca.

-Si.-me contesto-

¿Había oído bien? ¿Michael conocía a la mujer de ojos violetas? ¿Era ella su amiga? y si, la respuesta es un rotundo 'si' entonces yo también podría conocerle.

Me detuve por un segundo a pesar. Esa mujer tenia joyas de oro y plata en su cuello, pendientes de diamantes, ella debía tener mucho dinero. Me sentí tonta, al pensar en la posibilidad de conocerla. ¿Que persona millonaria en su sano juicio quisiera, conocer a una huérfana?

Nadie, nadie querría.
Aunque había excepciones, Michael por ejemplo.
El ama a todos los niños, sin importar condición física, rasa y religión.
Seria bonito decir que todos son como el, pero no. La mayoría son crueles y malos.

- Ven.-extendía su mano pálida a la mía y yo la acepte temblorosa-

Termine da salir de la bolsa de dormir que estaba en el piso, y Michael también salio de la suya
Con cuidado salimos por la puerta de la habitación dejando a Jerry, Tomas, Allyson y Jesús solos. No quisimos despertados, pues tenían el sueño pesado, además era demasiado temprano.

Llegamos hasta la cocina con pasos silenciosos. Michael me dijo que me sentara y le obedecí, el por otro lado fue directamente hacia un cajón, lo abrió y saco de allí envases plásticos llenos de...llenos de... Bueno, no podía distinguir que había dentro. Michael andaba de puntillas, cerro la cajón con mucho cuidado, creo que ese era su cajón secreto y no quería que nadie supiera en donde estaba.

Se acerco con dos de los envases plásticos, y los abrió. Abrí la boca como cuando uno queda muy impresionado por alguna cosa. Los envases plásticos tenían divisiones, para separar el contenido. Habían gomas de mascar, caramelos, chupetines, gomitas, alfajores, bombones, twinkles, huevos de chocolates, mentitas y galletas de vainilla las otras golosinas no las supe identificar, era muy extrañas pero apetecibles a la vista.

- ¿Comeremos eso?.-le pregunte sonriendo, rezando para mis adentros que la respuesta fuera: si.-

- A la señora Esther no le gustaría que comiéramos eso tan temprano. Esta prohibido en realidad.-soltó una pequeña risita, como un niño travieso.- Pero se que te gustan mucho, y como eres mi niñita quiero complacerte, Asi que...-no lo deje terminar.-

- ¡Si! ¡Si! -comencé a dar pequeños saltitos.- Gracias Michael ¡Muchas gracias!

- Sabia que te gustaría.-se afirmo para el mismo.- Ahora bien, debemos salir de aqui, las señoras de limpieza se levantan muy temprano, no quiero que nos vean.

- ¿Entonces a donde vamos entonces, Mike?.-le pregunte arqueando una de mis cejas.-

- Podemos ir hasta mi árbol, no subiríamos, se que le tienes miedo a las alturas. Solo nos sentaríamos debajo de el, nadie nos vera a menos que salga a los jardines, y dudo que alguien lo haga a esta hora.

- Perfecto. ¡Vamos!

1 comentario:

  1. wow¡¡¡¡¡ o.o HERMOSO¡¡¡¡¡¡¡ DIVINO hay de verdad estuvo genial el capi¡¡¡ que lindo hay y creo que ya se quien es esa mujer tan hermosa¡¡¡ jijij


    Oye escribes muy bien eeeee ..je wow me encanto y sabes algo tu te idetificas mucho con las demas escritoras incluyedome
    tu Andy transmites la realidad tal paresiera que conoses muy bien a mike me refiero a en persona

    me justa como desprendes la realidad su sensilles humildad y ese corazon de niño lo ases exelente ese es el Michael¡¡¡¡¡¡¡¡

    wow¡¡ hermoso¡¡¡capy

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